14/12/08


Ahorrábamos toda la semana para ir al cine, el regalo de cumpleaños siempre era un chocolate. Éramos mitad valientes, mitad inocentes, éramos hombre y mujer mitad adolescentes. Éramos, conforme fue pasando el tiempo; arrugábamos sábanas, la de tantas veces que me hiciste mujer, éramos todo aquello que se puede soñar, éramos todo aquello que es tan dificil lograr, éramos...Y como duele pensar que todo lo que construímos no es mas que una simple y maldita historia.Historia, tan ayer como el vino del abuelo, tan absurdo como un árbol sin suelo. Historia, como Colón y sus tres calaberas, como cualquiera historia de escuela. Lo nuestro es ayer.Hoy se me pasa la vida encendiendo cigarros, preguntándome a diario si seras feliz, y tomo clases de piano y de saxofón, dicen que es buena medicina para el corazón. Pero no, es que duele pensar, que todo lo que contruímos no es mas que una simple y maldita historia, historia. Tan ayer como el vino del abuelo, tan absurda como un árbol sin suelo, historia, historia...Como cualquier historia de escuela lo nuestro es AYER. Como explicarle al presente, que es por culpa del pasado, que algo tan bello no fue mas que una maldita historia. Historia.


Algo me dice que ya no volverás, estoy segura que esta vez no habrá marcha atrás, después de todo fui yo a decirte que no, sabes bien que no es cierto, estoy muriendo por dentro. Y ahora es que me doy cuenta que sin ti no soy nada, he perdido las fuerzas, he perdido las ganas, he intentado encontrarte en otras personas, no es igual, no es lo mismo. Vuelve, que sin ti la vida se me va. Vuelve, que me falta el aire si tu no estas. Vuelve, nadie ocupara tu lugar. Sobra tanto espacio si no estas, no paso un minuto sin pensar, sin ti la vida lentamente se me va. Algo me dice ya no sirve de nada tantas noches en vela, aferrada a mi almohada. Si pudiera tan solo regresar un momento, ahora es que te comprendo, ahora es cuando te pierdo.

Alguien me dijo ayer que cuando desperdicias tu amor, actúas como si no te importara. Parece que irías a algún lugar pero no puedo convencerme. No podría vivir con nadie más y sólo puedo jugar ese papel, sentarme y cuidar mi corazón roto. No hay sorpresa, ni misterio en este teatro que llamo mi alma.

A medida que pasa el tiempo, te das cuenta de cómo van cambiando las cosas. El día de hoy, ya no crees lo mismo que pensabas ayer. Lo que sientes hoy, es diferente a lo que sentiste tiempo atrás. Las personas que quisiste, o creíste hacerlo ahora pasan a ser parte de tus recuerdos, y todos esos ‘te quiero’, ‘eres el amor de mi vida’, te das cuenta que no son cierto. ¿A cuántos se los dijiste, y pensaste que era la persona indicada? Sí, fueron muchos quizás, y sí, te equivocaste. Porque el día de hoy te diste cuenta de que esa persona que creíste querer, ya no está, que la persona que pensabas que era el amor de tu vida, ya ni siquiera se te cruza por la cabeza. Y es que las personas cambian, el tiempo avanza, los sentimientos varían y cada día, con cada cosa que te pasa aprendes algo, que influye en tu manera de ver la vida. ¿Cuántas veces sentiste que se te venía el mundo abajo porque la persona que creías amar se marchaba de tu vida? ¿Qué hiciste? Lloraste, pataleaste, sufriste, te amargaste. Pero el tiempo pasó, y poco a poco la herida sanó. Conociste a otra persona que te devolvió la alegría, la esperanza, la ilusión y ese sentimiento que tanto querías enterrar, renació. Volviste a sentirte con vida, volviste a creer en el amor. Pero ya no era la misma persona, era otra. Y pudiste decir de nuevo, ‘te quiero mi amor’. ¡Cómo es de irónica la vida! Muchas veces nos tropezamos y nos golpeamos tan fuerte que quedamos inconscientes. Pensamos que ya nada tiene sentido, el motor de vida se apaga, te viene el desgano, la rabia, la impotencia, la desilusión y la decepción. Juras no volverte a enamorar. Empiezas a desconfiar, empiezas por jugar y pasarla bien, pero luego la ruleta de la vida te pone a otra persona que te devuelve todo aquello que te quitaron tiempo atrás y el ciclo se repite.